Hola a todos:
Ahora que este año toca a su fin, me gustaría aprovechar esta oportunidad para compartir algunas reflexiones con vosotros.
Sin duda, el término que mejor resume estos dos últimos años es «cambio». Todo aquello a lo que estábamos acostumbrados antes de 2020 ha cambiado profundamente, algunas de nuestras certezas se han desmoronado de repente, y todos nos hemos visto obligados a enfrentarnos a diario con una situación nueva, diferente, a la que no estábamos acostumbrados, una nueva normalidad con la que convivimos desde hace casi dos años con diferente suerte. En este contexto, hemos sabido adaptarnos, hemos encontrado soluciones a los retos y dificultades cotidianos, hemos sido capaces de impulsar el negocio con éxito permaneciendo siempre al lado de nuestros clientes, y por todo ello os doy las gracias.
Como ya he dicho, hubieron cambios externos, pero sobre todo fueron internos. Desde que CFT pasó a formar parte del grupo ATS, hemos iniciado un camino gradual de integración que os ha implicado a cada uno de vosotros en vuestro día a día, un camino ciertamente dictado en parte por la necesidad de armonización con las normas y procedimientos del grupo, pero sobre todo dirigido a una adaptación cultural que necesariamente lleva tiempo pero que es esencial para iniciar un nuevo desarrollo de CFT dentro de la familia ATS.
En los últimos meses, como habréis podido notar, se han producido varios cambios en la organización, cambios que considerábamos esenciales para reducir la distancia con nuestros clientes, dar respuestas más inmediatas y de calidad, y tratar de resolver los problemas con mayor facilidad. Cambiar significa reflexionar sobre el hecho de que puede haber una forma mejor de hacer las cosas, y tenemos que averiguar cada día cómo mejorar para mantener la ventaja competitiva que siempre ha distinguido a CFT.
Pero no basta con cambiar la organización para mejorar, es necesario asegurarse de que cada engranaje de la máquina funciona correctamente en armonía global, y en esto estoy convencido de que la aplicación del ABM puede hacer una aportación fundamental; más allá de las herramientas específicas, se trata de aplicar el sentido común según criterios estrictos, para identificar problemas o ineficiencias y definir después soluciones a corto y medio plazo. Como en todo, se trata de un proceso de mejora continua que traerá progresos a medida que se vaya implantando, pero, por supuesto, ¡el éxito dependerá solo de nosotros!
Desde el punto de vista empresarial, miramos al futuro con optimismo: por un lado, nuestros clientes del Food & Beverage han planificado o están planificando varias inversiones para aumentar sus líneas de producción de acuerdo con lógicas de flexibilidad y eficiencia energética; por otro lado, como bien sabréis, en los últimos años hemos realizado importantes esfuerzos para innovar tanto en tecnologías de procesado como de packaging, por lo que creemos estar en una posición privilegiada para aprovechar la oportunidad, en un momento de recuperación general en el que el sector del Food & Beverage es sin duda uno de los protagonistas.
Con esto, creo sinceramente que estamos en el «lado soleado de la montaña», así que lo único que nos queda es aunar las energías de todos para seguir reforzando el proyecto CFT.
Solo me queda desearos unas felices fiestas a vosotros y a vuestras familias.
Alessandro Merusi