Queridos amigos, hace exactamente cien años nació Camilo, mi padre. Junto con todos los que le conocieron, pero también con los que nunca tuvieron la suerte de conocerle, me gustaría compartir este momento para recordarle. Recordarle como lo que fue, un hombre valiente, tan valiente que a veces su mismo coraje lo convertía en temerario a los ojos de muchos, un hombre rudo pero muy bueno, a veces prepotente pero muy generoso y magnánimo, ciertamente inteligente, de esa inteligencia que nace de un profundo conocimiento de su obra, de su territorio y de todos sus colaboradores, que le acompañaron en la larga aventura de su «taller»… Como él llamaba a su empresa.
El mundo actual es sin duda muy diferente del que él conoció y quizá le costaría un poco entenderlo, aunque estoy seguro de que con su genio sería capaz de desenvolverse con éxito.
Teniendo esto en cuenta, me gustaría que todos tomáramos ejemplo de estas reflexiones e hiciéramos nuestros algunos de sus imperecederos principios, que, al igual que sus productos, siguen siendo absolutamente actuales, a pesar de la época en la que trabajó y vivió. Roberto Catelli presidente de CFT Group